domingo, 4 de noviembre de 2012

Proactividad (Toma de decisión).

La proactividad nos da la libertad para poder escoger nuestras repuestas a los estímulos del medio ambiente. Nos faculta para responder de acuerdo a nuestros principios y valores, es una cualidad especial que nos distinguen de los demás y que nos permite afirmar que somos los arquitectos de nuestro propio destino.

Hagamos una actividad:
 ¿Puede mirarse a sí mismo casi como si fuera otra persona?
Intente ahora otra cosa.
Piense en el estado de ánimo en el que se encuentra.
¿Puede identificarlo?
¿Qué está sintiendo?
¿Cómo describiría su presente estado mental? Piense ahora durante un minuto sobre cómo está trabajando su mente.
 ¿Es rápida y despierta?
¿Se siente dividido entre practicar este ejercicio mental y conjeturar lo que se pretende con él?




Su capacidad para hacer lo que acaba de hacer es específicamente humana. Los animales no la poseen. La denominamos "Autoconciencia"; es la aptitud para pensar en los propios procesos de pensamiento. Ésta es la razón de que el hombre posea el dominio de todas las cosas del mundo y de que pueda realizar progresos significativos de generación en generación.



 
 
 
Por eso podemos evaluar y aprender de las experiencias de los otros, tanto como el de las nuestras.

  • No somos nuestros sentimientos.
  • No somos nuestros estados de ánimo.
  • Ni siquiera somos nuestros pensamientos.
El hecho mismo de que podamos pensar sobre estas cosas nos separa de las cosas y del mundo animal. La autoconciencia nos permite distanciarnos y examinar incluso el modo en que nos "Vemos": ver el paradigma de nosotros mismos. Afecta no sólo a nuestras actitudes y conductas, sino también al modo en que vemos a las otras personas.

Se convierte en nuestro mapa de la naturaleza básica de la humanidad.





Todo lleva a un resultado que es la "Libertad"; ya que es esencial, libertad para hacer las cosas, evitando los complejos impuestos por la sociedad hacia la primera persona, la cual debe evitarlos a toda costa. Una vez que obtengamos esto, podemos hacer lo que se anhela, aplicando los principios éticos personales.


La libertad puede entenderse como la capacidad de elegir entre el bien y el mal responsablemente. Esta responsabilidad implica conocer lo bueno o malo de las cosas y proceder de acuerdo con nuestra conciencia, de otra manera, se reduce el concepto a una mera expresión de un impulso o del instinto.

Toda decisión se enfrenta a la consideración de lo bueno y lo malo, del beneficio o el perjuicio de una acción. Si no se realiza este juicio se puede incurrir con facilidad en un error pues se hace un uso irresponsable de la libertad. Al igual que en otros aspectos de nuestra vida, el abuso se convierte en un actuar conforme a nuestros impulsos, sin reconocer barreras, límites, moral o ética, es decir, se convierte en libertinaje.

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